En el corazón del Ensanche barcelonés se encuentra la Casa Milà, residencia proyectada en 1906 por Antonio Gaudí para el matrimonio Pere Milà y Roser Segimon, fue denominada por los barceloneses despectivamente Pedrera (cantera en catalán) ya que su estética organicista no fue comprendida por sus contemporáneos ni por los promotores, que una vez finalizada su construcción, en 1910, se negaron a pagar a Gaudí sus honorarios, finalmente y tras un juicio Gaudí pudo cobrar y dedicó el dinero a la construccion de la Sagrada Familia. Este edificio, declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, es sorprendente en muchos de sus aspectos, el principal, la fachada ondulada actua como cierre escutórico del espacio, ya que no sostiene nada, el peso se sostiene por medio de pilares que están alrededor de dos patios que estructuran toda la construcción.
Actualmente es propiedad de la Caixa de Catalunya, dispone de una sala de exposiciones temporales. En la buhardilla hay un museo muy didáctico e interesante dedicado a la figura y la obra del genial Gaudí. También está abierto al público el tejado, donde se puede contemplar las maravillosas chimeneas y los badalots que Gaudí diseñó. Por último se puede visitar uno de los apartamentos de la Pedrera en donde se recrea la forma de vida de una familia burguesa de la época, con reproducciones de muebles modernistas y todo tipo de objetos de principios de siglo XX.